Carlos y Roy (1ª parte)

Conocimos a Roy allá por noviembre de 2014. Fuimos a la Fundación Benjamin Mehnert a seleccionar perros para participar en el programa de actividades (en el que contamos también con voluntarios). La Caixa nos había concedido un proyecto que solicitamos en un partenariado con la residencia de Bollullos de la Mitación (perteneciente a la Fundación Montetabor) y estábamos muy ilusionados. Hasta el momento, nuestros asistentes caninos eran Maya, Ula y Yake, principalmente, golden retrievers bien adiestrados y con experiencia en contextos residenciales.

Ula

Sin embargo, nos propusimos que el programa de actividades fuese diferente: sabemos que no existe una única raza y/o perfil de can apto para este tipo de intervenciones, y queríamos compartir la riqueza de esa diversidad a la hora de implementar nuestras actividades. Arcadio, nuestro guía canino se fijó en Roy, entre otros perros sociables, nada agresivos y con otra serie de características que los hacían aptos para el programa.

Excursión a la FBM

Cuando fuimos de excursión con los mayores de la residencia a conocer las instalaciones de la FBM, María Sosa, una de nuestras voluntarias más implicadas, decidió llevárselo en acogida. Este gesto supuso el paso definitivo para invitarlo a interactuar con nuestros mayores en otras ocasiones. Gracias al calor de un hogar, tan diferente a la jaula en la que estaba (bien atendido, por supuesto, pero no deja de ser un contexto estresante) Roy fue cogiendo la confianza que había perdido y hasta su pelaje lucía con más vida.

Roy

Lo más positivo de la inclusión de diferentes razas de perros, desde mi experiencia, ha sido la facilitación de reminiscencias. Me explico: Manuel (nombre ficticio) seguía las actividades relativamente atento (entre cabezada y cabezada) hasta que un día llevamos a Dana, una pastora alemana, sesión en la que mostró más interés por captar la atención de la perra. ¿Y cuál fue el motivo? Nos contó que había vivido nada menos que 12 años con un pastor alemán, y nos narró desde el momento en el que la rescató del campo hasta que murió muy viejito.Roy y DanaPero, volvemos a Roy. María Sosa sólo podía tenerlo en acogida hasta julio, por lo que era muy importante hacer todo lo posible para que nuestro bretón no volviese a la jaula. ¿Quieres saber cómo conoció a Carlos? Te lo contaremos en breve, prometido 😉 

Hasta pronto!!