Los días 7 y 8 de septiembre de 2023 tuvieron lugar en la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla las XII Jornadas de la Asociación Iberoamericana por la Investigación de las Diferencias Individuales (AIIDI). Esta organización internacional conglomera a buena parte de los investigadores dedicados a la psicología diferencial -es decir, a aquella parte de la disciplina encargada de analizar qué nos hace diferentes a los individuos-. Y nosotros no quisimos dejar pasar la opción de participar, en colaboración con el grupo de trabajo de Jaén (Rafael Martos y David Ordóñez).
La interacción humano-animal es un campo amplio y trasversal, por lo que no es de extrañar que encontráramos algo que aportar de entre todos los proyectos en los que hemos participado. En esta ocasión, quisimos revisitar una de las preguntas que han sido abordadas en otras poblaciones pero no en muestra española: ¿existen diferencias de personalidad entre quienes prefieren convivir con perros y con gatos?
Aunque puede resultar una pregunta «curiosa», lo cierto es que es que ha atraído la atención de varios equipos de investigación en las últimas décadas. La personalidad, entendida como la tendencia a comportarse de un modo predecible en distintos momentos y contextos, es uno de esos conceptos que pueden ser utilizados en infinidad de situaciones. Porque el modo en que uno es se refleja en las decisiones que toma, y decidir con quién vas a convivir es una decisión importante.
De manera esquemática, lo que encontramos fue:
- Mayor afabilidad (sociabilidad), extroversión (gusto por la estimulación) y apertura al cambio entre las personas que conviven con perros frente a quienes conviven con gatos. Esto concuerda con la literatura previa.
- Las diferencias tienden a diluirse cuando optamos por una aproximación más progresiva. Aunque hay personas que sólo aceptarían vivir con una de las dos especies animales (visión categorial, blanco o negro), lo cierto es que mucha gente tiene opiniones intermedias (le gustan perros y gatos hasta cierto punto). Cuando se tiene en cuenta esto, las conclusiones son mucho menos clara.
- Esto tiene interés para matizar la investigación previa, ya que la mayor parte del trabajo disponible en la literatura usa un enfoque categorial. Y la vida tiene muchos tonos intermedios, no suele funcionar como todo o nada.
- Por otra parte, no podemos aspirar a sacar una lectura directa y única, del tipo «la gente de perros es más sociable». Hay mucha diferencia entre perros y entre gatos, y las personas suelen elegir no sólo la especie, sino también al individuo que mejor va a encajar en su estilo de vida -si eres deportista, no es raro que elijas un perro que necesite correr-. Estos estudios necesitan de mayor atención a los detalles.
Fueron muchas las personas que se acercaron a hablar sobre la presentación. Sobre estas líneas puedes encontrar el póster completo, por si quieres consultar los resultados.
Es un tema interesante, éste de la personalidad y la elección de animales de compañía. En el manual publicado en 2019 exploré lo que se sabía por aquél entonces y encontré algunos estudios interesantes, en los que personas desconocidas eran capaces de unir las fotos de dueños y perros que no conocían. ¿Cómo puede ser esto posible? Quizás volvamos al tema un poco más adelante 🙂
¡Un saludo!